"LA PATRIA OS LO DEMANDA"

Se conmemoraban 191 años de Independencia. San Miguel de Tucumán era una vez más Capital de la República Argentina. En la cuna de la Independencia, el termómetro marcaba -2º. Muy poco importaba esto: Los punteros ya se encontraban "arriando" a su gente desde los umbrales de la mañana en centenares de ómnibus que los trasladarían hacia el hipódromo, lugar donde se realizaría el "akto patrio" del 9 de Julio. Se calcula, asistieron alrededor de 20.000 personas.

"Vamos por todo" decía hace un tiempo la primera dama provincial. Y si, pareciera ser que hoy fue el turno de las tradiciones.

Las prolongadas calles que otrora supieron darle, con sus desfiles cívicos-militares, un color distinto a la inmensidad del parque 9 de Julio, hoy estaban despobladas.

Muy temprano, después del izamiento de Bandera, se realizó el tedeum, oficio religioso al que no asistieron ni el presidente ni su esposa. Casualmente, fue en dicha celebración en la que el Obispo de esta provincia, Monseñor Luís Villalba, dijo que "Si bien los planes sociales fueron, en su momento, una necesidad para enfrentar la crisis, no solucionan los problemas y cuando se prolongan en el tiempo desalientan la cultura del trabajo." Centró su homilía en la dignidad de las personas. Habló de los niños, los jóvenes y los ancianos.

Cuando se refirió a los abuelos, a más de uno se le vinieron a la mente aquellas imágenes desgarradoras de aquel 19 de Junio, cuando Alperovich había ordenado reprimir a los jubilados que se congregaban a reclamar el 82% móvil que por ley les corresponde, y que él mismo gobernador ya había conseguido para los jueces provinciales. Es que en Tucumán, todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla.

Ya en el Hipódromo, y ante la presencia de numerosos funcionarios provinciales y nacionales, Alperovich pareció en todo momento estar frente a un reclinatorio en lugar de un estrado; sabía que debía saldar cuentas con la primera dama nacional después de aquel encontronazo en el Congreso de la Nación, cuando ambos eran senadores, y el Gobernador de Tucumán todo un "correligionario".

Él no ahorró flores para el matrimonio "K". Las hojas que leía eran montañas de obsecuencia y adulonería; parecía haber olvidado las palabras de Monseñor Villalba: "La dignidad le fue otorgada al hombre por Dios. El hombre fue creado a imagen de Dios. Esa es su dignidad. La imagen divina está presente en todo hombre. Esta dignidad nunca se pierde...". Pero "Cada uno es como Dios lo hizo, y aún peor muchas veces" diría Don Quijote de la Mancha.

Para el mandatario Tucumano, preso de tanta presión seguramente, se cumplían hoy "192(sic) años de Independencia". Además, dijo que "Los argentinos no quieren dar marcha atrás, al contrario, lo que nos están pidiendo es que sigamos adelante, que profundicemos el camino de transformaciones abierto el 25 de Mayo de 19... de 2003 -se apuró en corregir-".

En síntesis, el acto político duró media hora, el homenaje a los próceres sólo 8 minutos. Es que los héroes ya no son Teodoro Sánchez de Bustamante, el diputado jujeño que moción mediante pidió que se firme el acta de la Independencia; tampoco doña Francisca Bazán de Laguna, la dueña de esa memorable "casita" donde sesionaron aquellos congresales a los que Laprida les preguntó: "¿Queréis que las Provincias de la Unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?". Ahora lo son Alperovich y Cristina.

Lo del Presidente fue más de lo mismo: Pidió memoria.

La memoria no es de preocupar señor Presidente. Algún día los Argentinos la tendremos en abundancia y llenaremos las urnas de ella. Y si no es en "oktubre" será en 2011, no tenga duda, cuando el bicentenario de aquella proclamación de libertad se encuentre a sólo 5 años y la nación entera celebre las exequias de un gobierno "korrupto" que pretende matar a la patria toda por meras y viles apetencias electorales.