sábado, 9 de junio de 2007

EL ULTIMO GRAN MERCENARIO

Fue el último hombre tucumano capaz de arrebatarle la gobernación a José Alperovich el próximo 26 de Agosto. Todos los demás, probarán suerte en un derrotero que se parecerá más a una inmolación de la que sólo algunos serán rescatados por la falaz artimaña de la doble candidatura.
Llegó a la vicegobernación prometiendo ser más Presidente del Poder Legislativo que integrante del Ejecutivo. Por momentos lo fue.
A fines de 2005 y principios de 2006, más de un Tucumano se atrevía a imaginar a Fernando Juri encabezando un frente opositor dispuesto a pelear por la primera magistratura de la Provincia.
Es que su perfil dialoguista y muchas veces conciliador, fue el contraste perfecto contra un Gobernador en muchas ocasiones salido de tono y en otras tantas de manifiesta intolerancia. Pronto a Agosto, la cámara legislativa ya no gusta de sesionar con "barra", a la que cada tanto en tanto se le escapaba un "borombonbon, borombonbon, Fernado Juri Gobernador"; tampoco él manifiesta ya que va a ser el "próximo gobernador de los Tucumanos". En la puerta de la legislatura no se ubican ahora los cuantos canillitas que sabían llegar bajo paraguas con la leyenda "Fernando Juri Conducción". Sucede que esa palabra misma, CONDUCCION, fue debilitada después de la interna peronista y sepultada por el propio vicegobernador, cuando, tiempo después, negoció con su "supuesto" contrincante la mejor salida.
En política los errores se pagan caro pero siempre hay una base, aún cuando no queden prosélitos, que son los ideales y la dignidad, que casí como una ironía, era el nombre de la lista que postulaba a Juri como candidato a presidente del PJ.
Al sobrino de Fernando Riera e hijo de Amado Juri, ya no se lo ve por canales de televisión diciendo que "Alperovich agravia al sistema republicano de Gobierno", ni por la prensa gráfica afirmando "José no tenés Cura". Las pintadas de Rodolfo Ocaranza expresando "La Lucha Continúa" parecen cada día más obsoletas, y en ese vuelo fugáz de la imaginación, vienen a colación las imágenes del presidente de la bancada peronista degustando asado y empanadas en la casa del gobernador.
La traición, como decía un proverbio, es arma de la que sólo se valen los que son incapaces de toda lucha franca y honrada.
Al jurismo lo disipó el mejor postor, como a todos los mediocres. Fue mero ilusionismo y pura verborragia.

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