
En momentos en que en Capital Federal, Alfredo Bisordi, titular de la Cámara de Casación Penal, decía que -para el presidente- “El real interés es sacar de la Cámara a los jueces que no le son afines y que pueden comportarse de modo independiente en las causas de corrupción que se avecinan", en nuestra provincia, el Fiscal de la X instrucción, Guillermo Herrera, archivaba una causa en contra del Secretario de Comunas y Municipios, Sergio Mansilla, por incumplimiento de los deberes de funcionario público que iniciaba Ariel García -UCR- debido a la mora de las comunas en la entrega de los balances bimestrales correspondientes -86 de las 93 comunas no cumplían con la rendición de cuentas -
Aún cuando la constitución nacional, en su artículo 120, lo resguarde otorgándole autonomía funcional y autarquía financiera e intangibilidad en sus remuneraciones, el Ministerio Público fiscal, al menos en Tucumán, pareciera estar lejos de "promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad de los intereses generales de la sociedad".

Legislativo distraídoDías antes de la interna peronista, legisladores, tanto juristas como opositores, aseguraban por cuanto micrófono se le cruzara, llegando a copar páginas enteras de diarios locales, que llevarían al recinto a Mansila para que rinda cuentas de su actuación al frente de la secretaría a su cargo. Paso la interna, la legislatura no volvió a sesionar, en consecuencia, a Mansilla tampoco se lo llevó al banquillo. Ahora, los parlamentarios miran a otro lado, sólo piensan en Agosto, en sus reelecciones. Como siempre, es tarde para representar a quiénes deberían ser sus representados.
¿El único valiente?

Bisordi, el magistrado de la cámara de casación, es un ejemplo de coraje. A sabiendas de que sus palabras van a influir inexorablemente en el dictamen final del Consejo de la Magistratura, que lo acusa por mal desempeño, no mostró pelos en la lengua al momento de decir que "Quieren sacar a los jueces que no les ofrecen garantías”.
Nuestra provincia y la nación, necesitan de magistrados probos que se encarguen de recordarles a Alperovich, Mansilla, Kirchner, entre otros, que el feudalismo terminó hace años, que a los monarcas absolutos se lo echó con una revolución, que Luis XIV ya no existe y que ellos no son patrones de estancias sino administradores. Impera, en tanto, la necesidad de una justicia justa, que no se saque la venda ni desequilibre la balanza cuando le toquen la puerta.
Herrera y Bisordi son las dos caras de lo que debiera ser una misma moneda: La Justicia
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